¿esta usted preocupado?

Publicado en por martin arevalo

 

Detener y demorar los asuntos una y otra vez, termina por ocasionar problemas. A menudo se produce un efecto «bola de nieve» que va creciendo. Comienza por algún asunto de escasa importancia pero va aumentando cada vez más su tamaño, según se van agregando otros nuevos.

Los estudiantes usan todo tipo de excusas para retrasar el estudio: «¡Vaya! Son las seis y cinco. Ya casi me espero a que sean las seis y media para ponerme a estudiar. O mejor a las siete y así empiezo puntual». ¡Una hora perdida! En fin, la mente utiliza mecanismos sorprendentes y es capaz de encontrar justificaciones para casi todo. «O si no mejor empiezo ya mañana» —que va a ser que tampoco—.

Si tiene que hacer algo, empiécelo ya. Si tiene que decidir por dónde empezar, hágalo rápido. Elija usted mismo el criterio que mejor le parezca. Y si no lo tiene claro, comience:

·         Por orden alfabético.

·         Por lo que sea más fácil.

·         Por lo que esté más cerca.

·         Por lo que tenga enfrente.

·         Por lo que ocupe menos tiempo.

·         Por lo que tenga más letras.

·         Por lo que tenga un color más claro...

Nos pasamos la vida «pre-ocupados», agitados por la incomodidad de esa fase previa a «ocuparnos» realmente de afrontar de cara los asuntos. Si considera que ahora no es el momento de abordarlo o no cree que sea prioritario, aplace la decisión. Pero no olvide marcar una fecha para ocuparse de él.

A veces, pequeños asuntos que se aplazan una y otra vez pueden acabar convertidos en serios problemas. En otros casos, de la ausencia de decisiones y la inacción no se obtiene resultado alguno. Usted puede decidir de forma deliberada no hacer nada. Ésa también es una decisión que tendrá igualmente sus consecuencias.

Dos letras que le recordarán la importancia a de pasar a la acción: ¡YA!

Si puede afrontar las cuestiones de inmediato, decídase a hacerlo y resuélvalas. Tome decisiones, asuma el riesgo de equivocarse y acepte sus posibles errores como experiencias de aprendizaje.

Tenga en cuenta que no todas las decisiones que se toman pueden ser acertadas. Lo ideal es incrementar el porcentaje de las decisiones correctas. Es evidente que quien se arriesga menos, se equivoca también menos. Recuerde la sentencia del proverbio chino: «Si caes siete veces, levántate ocho».

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